jueves, 23 de febrero de 2012

Solo dos manos

Cuando una es mamá, hay muchas cosas en tu vida que cambian. Te cambia la percepción de la vida, tu manera de ser, tus prioridades... Y tu forma de vestir. De verdad de la buena. Y con esto no digo que dejes de llevar tus vaqueros de siempre o tus camisetas más rockeras. No hablo de eso, sino de funcionalidad.
Por ejemplo, hay un accesorio que me requetechifla y al que he tenido que renunciar... Las carteras de mano. Pensad un poco. Es materialmente imposible salir a la calle empujando un cochecito de bebé, dando la mano a una niña de dos años y llevando, además, una cartera de mano. Como Dios ha querido dotarnos de solo dos extremidades, eso de lucir una carterita ideal pasó a la historia. Por lo menos cuando salgo con ellas, claro.
Y, eso por no hablar de que en las carteras no caben los pañales, el bibe con agua, los juguetes de la mayor y las galletas de la merienda. IM-PO-SI-BLE.
Qué tiempos aquellos en los que llevaba un miniclutch con mi tarjeta de crédito, la llave de mi casa y una barra de labios. Eso pasó a la historia. Por lo menos de momento.
¿Resultado? Mis carteras preferidas están en huelga por la falta de sol. Dicen que eso de no ver la luz les viene fatal. Y yo las creo, claro. Así que desde aquí pido encarecidamente un invento que te permita controlar con una sola mano a dos niñas, mientras mi mano derecha pasea a una de mis ideales carteritas de mano.
¿Alguna idea?




1 comentario:

  1. Esas carteritas de mano no se pueden quedar sin salir, por tanto hay dos soluciones.
    Que el papa de las peques te ayude a llevar, bien a las niñas, o si no a las carteras xD

    No sé si estará por la labor de la segunda opción.

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