Así que aquí estamos. De lunes lluvioso y recién aterrizadas en Madrid tras las vacaciones de Semana Santa.
Las peques se lo han pasado bomba en casa de la abuela, en Puertollano. Han disfutado del buen tiempo, de los columpios, de los helados y de sus vestiditos.
Porque ambas no han dejado de pedirme que les pusiera sus vestidos de princesa.
Y la verdad es que estaban guapísimas:
Y para terminar las vacaciones, nada como un poco de comida basura, que les encanta... (Y una vez al año...)